Pérdidas para nuestras colecciones

Pérdidas para nuestras colecciones. Visicitudes en torno a nuestro patrimonio

Laura Franganillo. 16 de septiembre de 2019.

Es de todos sabido que las pérdidas para el  patrimonio estatal han sido incalculables a lo largo de la historia: conflictos bélicos, incendios y demás avatares han contribuido a pérdidas muy notables en nuestras colecciones.

Vista del Alcázar de Madrid, Juan Gómez de Mora. Museo de Historia de Madrid

Uno de los más importantes fue el incendio del Alcázar de Madrid en la nochebuena de 1734. Debida cuenta de ello, hablan en publicaciones del siglo XIX como la Revista Europea del año 1874, donde Cruzada Villaamil publica un artículo acerca de los cuadros de Rubens que desaparecieron en dicho incendio:[1]

            “El día de Navidad del año de 1734, reinando pacíficamente en España el primero de los monarcas de la casa de Borbon, Don Felipe V, un horrible incendio estalló en el alcázar y palacio de Madrid, que por completo lo inutilizó para morada real, y redujo á cenizas grandes tesoros artísticos. De este terrible fuego se salvaron dos mil cuarenta y ocho cuadros, más ó ménos maltratados de las llamas; unos librándose con el marco, otros sin él, y más que muchos sacados del palacio incendiado sin bastidor y en rollos. La Armería Real, el convento, hoy cuartel de San Gil, la casa donde vivió el marqués de Bedmar y las bóvedas de palacio fueron depósito de más de 1130 cuadros, donde inmediatamente después, el día 28 de Diciembre, se comenzaron a inventariar (…)”

(Cruzada Villaamil, 1874)

En él se atestigua la importancia de las fuentes documentales para entender las pérdidas irreparables existentes, consecuencia de fenómenos tan desafortunados como éste. Cruzada Villaamil, en este caso, se refiere a los inventarios reales de 1666 y 1686. Después del incendio se realiza otro inventario , el 28 de diciembre de 1734, a cargo del Marqués de Villena, Jean Ranc, Alonso de Thobar, Pedro Calabria, Juan de Miranda y Francisco Ortega pero no se describen bien las pinturas perdidas. Será en la testamentaría de Felipe V en la que se atestigüe que la desaparición de nada menos que 537 pinturas. En la partida número 2 del plan denominada Pinturas a cargo de la intervención se dice:

Pérdida de pinturas existentes en la testamentaría de Felipe V, Revista Europea, 1874.

Con la revisión de posteriores testamentarías será donde se constate la pérdida de 72 piezas de Rubens como el Retrato ecuestre de Felipe IV o La muerte de Acteón. También se perdieron lienzos de El Greco como Lacoonte[2] o una Venus y Adonis  de Tintoretto.[3]

Pero no sólo existieron pérdidas en el incendio del Alcázar. También con la Guerra de la Independencia y el famoso “Equipaje del Rey José”, relatado por Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales:[4]

“En la mañana del día que siguió a estos sucesos salieron los pocos franceses que quedaban en Madrid. Les mandaba el general Hugo y llevaban consigo convoy tan inmenso, que al verlo creeríase que en la capital de la monarquía no quedaba un alfiler. Desde muchos días antes habían sido embargados cuantos coches y carros y calesas rodaban por las calles de la villa, y casi toda la servidumbre se ocupaba en el embalaje de las diversas riquezas que José y los suyos se habían apropiado. Estos señores hacían buena presa donde quiera que ponían la mano y no eran nada melindrosos ni encogidos para esto del incautarse. Murat despojó la casa de Godoy y el real palacio, y José mandó traer de Toledo, de Valladolid y del Escorial cuanto pudiese ser transportado; esta última circunstancia salvó las piedras del edificio. Luego que estuvo reunida cantidad fabulosa de cuadros, estatuas, joyas de camarín y sacristía, dejando a las Vírgenes y Santas sin un anillo que ponerse, establecieron cuatro depósitos en Madrid, los cuales fueron el Rosario, San Felipe, doña María de Aragón y San Francisco. Una comisión separó lo sublime de lo bueno, y no siendo fácil llevarlo todo, dispusieron atropelladamente lo primero en cajas, mezclando lo sagrado con lo profano, es decir, las bellas artes con los enseres de la casa y cocina del Rey José y diversos adminículos que este para diferentes fines usaba. Muebles, porcelanas, vajillas, armas, añadiéronse al botín. Considerando que aun después de tanto despojo quedaba en España alguna cosa de todo punto inútil, según ellos, a la ignorancia castellana, echaron mano a las colecciones mineralógicas del gabinete de Historia Natural y embaularon también los depósitos de ingenieros y de artillería y el hidrográfico. De Simancas cargaron con lo más curioso que allí había. Aquella gente, hasta la historia nos quiso quitar. Una caja en que holgaba un poco el tocador de José (así lo cuenta un testigo ocular) fue rellena con los pedruscos y los minerales de la Historia Natural. Entre una masa enorme de cartas geográficas iba Nuestra Señora del Pez; y la Perla anidó con una montura fina recamada de plata y oro. Se gastó un monte de claros, y por algunos días las iglesias que servían de depósitos y las galerías del real palacio resonaban cual si en ellas trabajase un regimiento de cíclopes. La tabla del Pasmo, que ya se hallaba en pésimo estado, acabose de rajar, y la pintura con las sacudidas y golpes se cuarteaba que era una bendición. ¡Oh divino Jesús! ¡No padeciste más en el Gólgota!«

(Pérez Galdós, Episodios Nacionales, junio-julio de 1875)

Algunos ejemplos de pérdidas pueden ser desde obras de Anton Van Dyck como Santa Rosalía coronada de rosas por dos ángeles o una Santa Catalina de Alejandría  de Claudio Coello, hoy ambas dos en Apsley House (Wellington Museum de Londres) y perdidas en 1816[5].

Santa Rosalía coronada de rosas por dos ángeles, 1624. Aspley House (Museo Wellington, Londres)

Si avanzamos en el tiempo, podemos comprobar que ni el Museo del Prado se salva de los avatares históricos. Por ejemplo, en la colección del siglo XIX, de lo que dan cuenta en su catálogo de 2015, nos hablan de:[6]

  1. Incendios o conflictos armados:
  • 1872: el Convento de Santo Tomás de los Trinitarios de Madrid se convirtió en el Museo de la Trinidad desde 1838, fundamentalmente con obras desamortizadas de la Iglesia del siglo XVI al XVIII, incorporando también 22 obras de la primera mitad del XIX (4 de la colección del infante Sebastián Gabriel de Borbón y 18 eclesiásticas). Desde 1849 fue sede también del Ministerio de Fomento, repartiéndose parte de la colección por las oficinas. En 1872, se produce un incendio en el Ministerio de Fomento, edificio compartido con las colecciones modernas del Museo Nacional de Pintura y Escultura, donde se pierde, por ejemplo, un Bodegón  de Federico Jiménez Fernández[7]. Ésto se refleja en el Listado de cuadros del Museo Nacional de Pintura (Trinidad) quemados en el incendio del despacho de Eduardo Sodino del 10 de marzo de 1872.[8]
Madrid. – Incendio de la iglesia de Santo Tomás. 1872. Jesús Evaristo Casariego

  • 1915: incendio del Palacio de las Salesas de Madrid, sede del Tribunal Supremo, donde se perdieron unas 19 obras. Afortunadamente se han encontrado algunos trozos del Desembarco de Fernando VII en el Puerto de Santa María (Cádiz) de José Aparicio e Inglada realizados en 1827. Se encuentran en depósito en el Museo Cerralbo, regulado desde 2015. Curiosamente, el Marqués de Cerralbo compró los trozos en el rastro de Madrid después del incendio. El Estado los aceptó como parte del legado de la colección Villa-Huerta por disposición testamentaria de doña Amelia del Valle y Serrano, marquesa de Villa-Huerta. Se adscriben al Museo Cerralbo 13 retratos enmarcados y 8 fragmentos sin enmarcar, con los números de inventario VH 0019-VH 0031 y VH 0431. [9]

  • 1936: incendio en el Instituto Jovellanos de Gijón por una granada. Se perdieron 6 pinturas. No son  las únicas pérdidas del museo por la Guerra Civil.
Consecuencias del incendio en el Instituto Jovellanos. Fuente: IES Jovellanos
  • 1939: incendio provocado en la Universidad de Valladolid, en el que desaparecieron 3 obras, dos de ellas de gran calidad.
  • II Guerra Mundial: pérdidas en depósitos de sedes diplomáticas de Berlín y Viena, con 7 y 5 pinturas respectivamente.
Embajada bombardeada en Berlín, II Guerra Mundial. Fuente: Ministerio de exteriores
  • 1934, Revolución de Asturias: incendio en la Universidad de Oviedo con pérdida de 2 lienzos.
  • 1975: asalto a la Embajada de España en Lisboa: pérdida de 7 pinturas.
  1. Crisis del 98 por la pérdida de la última colonia de ultramar: el gobierno de Cuba incauta las obras depositadas en 1893 por el museo, siendo un total de 9 obras del XIX, que hoy se exponen en el Museo Bacardí. Mercedes Orihuela, conservadora del servicio de Depósitos dio una entrevista al Museo del Prado explicando esta particular situación. La puedes ver pinchando en el enlace.
  1. Negligencia de las instituciones depositarias:

La Serie Cronológica de los Reyes de España, ha resultado ser uno de los depósitos más castigados del museo. Dicha serie fue un encargo de José de Madrazo, aprobado por Isabel II, ideado para legitimarla dinásticamente, que duraría de 1849 a 1856.[11] Como existían monarcas a los que no se les había realizado retratos, no sólo se trataba de la elección entre los lienzos de la colección real, sino que además se realizaron encargos a pintores vivos.[12]

No se llegó a exponer íntegramente por la revolución que hubo en septiembre. Se dividió en:

  • Tribunal Supremo: 24
  • Basílica de Covadonga: 18
  • Biblioteca Nacional: 8
  • Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago de Compostela: 6
  • Diputación Provincial de Lugo: 6
  • Ayuntamiento de Úbeda: 2
  • Ayuntamiento de Pontevedra: 2
  • Ministerio de Justicia: 2
  • Universidad de Zaragoza…

Como ya mencionamos más arriba, hubo un incendio en 1915 en las Salesas, sede del Tribunal Supremo, perdiéndose algunas pinturas.

Un caso muy diferente es el de la Sociedad Económica de Amigos del París de Santiago de Compostela, depósito desde 1886 con 6 obras. Estos lienzos se trasladaron en 1940 a almacenes de la Catedral con lo que se perdieron en parte también. En 1966, Alfonso Pérez Sánchez relata su experiencia con aquel depósito: «Recuerdo que al intentar, en 1966, recuperar aquel depósito, encontré algunos de ellos sirviendo de cubrición a los huecos de las torres, medio destruidos ya por la lluvia y la acción de los pájaros.»

Recesvinto, Antonio Gisbert, 1854. Fuente: Museo del Prado. En esta obra podemos ver, aunque restaurada, los daños producidos en la Catedral

Algunos de los cuadros de esta serie iconográfica se depositaron en el Alcázar de Segovia y una buena parte se han enviado al Congreso de los Diputados. Del resto de depósitos con respecto a esta serie iconográfica el estado no es tan alarmante.

Otros casos son el estado de las obras depositadas en museos provinciales: cuadros doblados o enrollados sin rulo y con pérdidas, como El gran día de Gerona (19 de septiembre de 1809) de César Dumont. Hoy, este óleo se encuentra totalmente restaurado.

  1. Sustracciones y robos: la Escuela Superior de Canto de Madrid, el Museo de Málaga, el Museo de Cádiz (1975), Museo de la Rioja (2001) son unos cuantos ejemplos de instituciones afectadas por este vandalismo…Décadas después han aparecido algunas pinturas, pudiéndose recuperar algunas como el Lavadero del Manzanares y otras no, como Puerto de Barcelona. Los del Museo de la Rioja siguen desaparecidos. Otras obras se han captado en el mercado de arte nacional o internacional, mientras que en algunas otras no se ha podido por no poseer toda la trazabilidad de la pieza. Por ilustrar con un ejemplo de robo decimonónico, en el Museo de la Trinidad, se detectó la sustracción de una pieza denominada Bodegón de José María Estrada.[13]

Pero no sólo afectan a piezas del XIX, por ejemplo podemos ver aquí documentación sobre el robo de varias piezas del Tesoro del Delfín o el intento de robo de 1961:

  1. Por último, puede ocurrir la desaparición por extinción de la institución depositaria: hay veces que desaparecen las obras porque ha dejado de existir alguna institución como la Biblioteca de Marineros o el Sindicato de la Piel.

Por todo ello, como reflexión no podemos olvidar nuestro papel con respecto a los museos: estas instituciones son de todos y cada uno de nosotros. Las debemos proteger pues, es nuestro patrimonio cultural. Aunque existan o hayan existido diversos avatares a lo largo de la historia, debemos preservarlo para las generaciones futuras.


[1]CRUZADA VILLAAMIL, G. “Pinturas de Rubens en España, según los inventarios de las Casas Reales de Austria y Borbón” en LAFUENTE, M. Revista europea, nº 37, Medina y Navarro editores, Madrid, 8 de noviembre de 1874, pp. 34-48

[2] MARTÍNEZ LEIVA, G. y RODRÍGUEZ REBOLLO, A. El Inventario del Alcázar de Madrid de 1666. Felipe IV y su colección artística. Consejo Superior de Investigaciones Científicas/Polifemo, Madrid, 2015 p. 476

[3] Íbidem. p. 712

[4] PÉREZ GALDÓS, B. El equipaje del rey José, parte VI, Episodios Nacionales 11, Alianza Hernando, 1976. pp. 36-37

[5] KAUFFMAN, C. M., JENKINS, S. y WIESEMAN, M. E. Catalogue of paintings in the Wellington Museum, Apsley House,English Heritage/Paul Holberton. Londres, 2009. pp. 83-84, 102-104

[6] DÍEZ, J. L. “Introducción”  en DIÉZ, J. L., et AL. Pintura del siglo XIX en el Museo del Prado. Catálogo general, Museo Nacional del Prado. Madrid, 2015. pp. 17-20

[7] AA.VV. Museo del Prado. Inventario general de pinturas. Nuevas adquisiciones. Museo Iconográfico. Tapices III. Museo del Prado/Espasa Calpe. Madrid, 1996. p. 17

[8]Minuta de oficio de Cosme Algarra, Director del Museo Nacional de Pintura (Trinidad) al Director general de Instrucción Pública por el que informa del incendio en uno de los despachos del Ministerio de Fomento y la pérdida de varios cuadros que allí se encontraban. Caja : 916 / Legajo: 11.203 / Nº Exp: 10, 11 de marzo de 1872 en (www.museodelprado.es)

[10]María Josefa Amalia de Sajonia”  en web Museo del Prado (www.museodelprado.es)

[11] Minuta de oficio de José de Madrazo, Director del Real Museo de Pintura y Escultura, al Gobernador de Palacio por el que le notifica el reconocimiento realizado a los retratos que se encuentran en el Real Sitio de Buen Retiro y en el Gabinete Topográfico y remite nota de aquellos que deben ser trasladados al Real Museo; tres de ellos deben destinarse a la Serie cronológica de Reyes de España y el otro a la Colección de retratos de Hombres célebres que debe formarse. Caja : 406 / Legajo: 11.211 / Nº Exp: 4 / Nº Doc: 3. 4 de diciembre de 1847 (www.museodelprado.es)

[12] Minuta de oficio del Director del Real Museo de Pintura y Escultura, a Carlos Mª Esquivel por la que encarga un retrato de Egica, rey de godo, para la serie cronológica de los Reyes de España. Caja : 352 / Legajo: 18.07 / Nº Exp: 7 / Nº Doc: 1. 1 de julio de 1853 (www.museodelprado.es)

[13]Oficio de Mariano González Soubrié, Conservador del Departamento de Trinidad al Director del Museo Nacional de Pinturas y Esculturas por el que informa del robo de la obra «Bodegón» de José María Estrada (número de inventario 148) y su posterior recuperación. Caja : 354 / Legajo: 18.14 / Nº Exp: 2 / Nº Doc: 5, 1876-02-12 a 1876-02-14 (www.museodelprado.es)

Editado en Madrid. ISSN: 2660-6399